miércoles, 25 de noviembre de 2009

En pareja después de una soltería observante


¡Nadie dijo que sería fácil!...es que no soporta dormirse con la tele de fondo. Es que prefiere dormir en piezas separadas. Increíblemente se levanta a las 7 de la mañana aunque sea domingo y sin embargo, le cargan mis amigos porque los considera freak. Es que es demasiado joven o demasiado adulto…o sí, tiene mi edad y es un “niño”…que es muy hippy, que es muy yupi, que me llama cinco veces al día por teléfono, que no me llama nunca… en fin…

Expertos con más de 50 años de casados dicen que es un tema de “paciencia y tolerancia”, otros de resignación y algunos, los más atentos a la jugada, expresan que es una cuestión de “amor”. Alguien me confesaba que cuando se entraba en años (y no me refiero a los 50, 60 sino a los 30), uno comenzaba a ser exigente con el espacio personal, con el famoso metro cuadrado que por estos tiempos ya parece un kilómetro.

En la otra vereda, las exigencias van desde la prosperidad económica de él/ella hasta (léase como un trabalenguas): profesión, iglesia, casamiento, bebes, casa, jardín, auto(s), vacaciones, colegios de prestigio, nana, tarjetas para gastárselo todo, seguridad, protección, eternidad, porque sino ¡no me caso!. Puede parecer un chiste para algunos que desean otras cosas en la vida, sin embargo para otros es una receta a seguir.
Si vamos al supermercado o caminamos por la calle, descubriremos cuál es la idea de vida que desean las personas, independiente de sus posibilidades. Ahora, sería mucho mejor que con el paso de los años nos despercudiéramos con ellos y dejáramos ser o manifestar la vida de manera más natural. Guardar la calculadora, botar el timón que controla, bajar las demandas, entender un poco mas lo que “realmente somos”…

Cuando se está soletero se imagina el amor que vendrá, y con mayor claridad, a lo que estaremos dispuestos al estar en pareja. Lo complejo es sintonizar aquello que queremos con lo que quiere el otro, sin dejar(nos) partir. Y esa parece ser la razón inicial de todo devenir y vivir junto a alguien, estemos en la vereda que estemos, desde ser un pos-posmoderno hasta un moderno religioso. Sería bueno preguntarnos: ¿A qué estamos dispuestos a dar y hacer para constuir un Nosotros?...

2 comentarios:

  1. Me encanto esta entrada. La construcción de un "nosotros" es un tema crucial en la vida de todas las personas dispuestas a comprometerse de verdad, entendiendo el concepto de compromiso como algo más que firmar un papel.
    La pregunta final depende de varias cosas también, depende del caracter de ambos, de la forma de ser y de estar-en-el-mundo (como diría Heidegger), pero en lo personal, con mis veintisiempre y con varias relaciones serias a cuestas respondería con la misma soltura de cuerpo que: "estoy dispuesta a todo para compartir un proyecto común" (a riesgo de sonar hippie o ilusa romanticona jejejeje
    Saludos Fran, sigue escribiendo sobre temas tan interesantes y diversos.

    ResponderEliminar

Gracias por comentar!!